miércoles, 22 de febrero de 2012

La tumba 14

Cementerio abandonado.

Se trata de un minúsculo cementerio de poco mas de una docena de lapidas. Se encuentra en uno de esos pueblos ya olvidados donde no queda nadie que vaya a visitarlo y por ello sin alguien que lo cuide esta a merced del tiempo, la vegetación y la fauna de la zona.




 Dando un paseo por su interior con las ultimas luces de la tarde y lejos de resultar un lugar siniestro se respira una sensación de paz y tranquilidad, a veces interrumpida por algún cuervo o conejo, que campan a sus anchas por el pequeño recinto, excavando sus madrigueras aquí y allá, e incluso desenterrando ocasionalmente algún resto de sus silenciosos habitantes.










 Algunas de las losas que cubren las tumbas son ilegibles, otras solo necesitarían una limpieza. Leyendo algunos de los epitafios se puede deducir por los apellidos que casi todos los que allí se encuentran eran familia. Varios de estos nombres están tallados en el mármol, otros tienen letras de hierro o plomo incrustadas y tachonadas de líquenes y musgo.



El punto mas triste de la visita es sin duda las  dos ultimas sepulturas que corresponden a un niño de seis años y a otro de ocho meses. Comprobando las fechas surge la duda sobre si quedará algún familiar que aun los recuerde y venga a visitarlos, aunque eso sea casi imposible.


Se esta haciendo tarde y nosotros saltamos la vieja tapia para volver con los vivos, dejando atrás con cierta sensación de desasosiego este lugar, procurando no perturbar a los que allí descansan...
Hasta la próxima.

martes, 7 de febrero de 2012

Mercedes-Benz W120 "Ponton"

Tras pasar un día mas que entretenido con los compañeros Sienar, Lupin y Alex decidimos parar a comer, aunque un poco a deshora en un lugar que vimos por la mañana y que teníamos curiosidad por saber de que se trataba. Ciertamente se nos hizo un poco tarde, pero ya sabemos lo cortos que resultan los días de invierno.


Llegamos a lo que por la mañana parecía un restaurante abandonado con algunos coches en su interior y descubrimos que aunque efectivamente el restaurante estaba ahí, el recinto albergaba un taller mecánico también. Hablando con uno de los operarios nos enteramos de que el restaurante efectivamente estuvo abandonado, aunque actualmente vivían en el los abuelos del chico. " A ver si vais a entrar y les dais un susto de muerte" -dijo.


Viendo la simpatía del muchacho no os extrañará que nos dejase quedarnos a comer por ahí y sobre todo que nos diese permiso para fotografiar esta joya que veis en las imágenes: Un Mercedes W120 Ponton. Gracias Txutxi y demás por la información.



Normalmente no dedicamos una entrada entera a estas cosas, pero tengo que reconocer que disfrute a lo grande realizando las fotografías y que tratándose de un coche clásico en ese estado de abandono tenia muchísimos detalles dignos de observar.
Las ultimas luces de la tarde también aportaron un poco a ese encanto que tenia por si mismo el auto, pese a estar cubierto de suciedad, hojas secas y musgo.
Por dentro estaba aparentemente impecable aunque el paso del tiempo le había pasado factura, aunque no es de extrañar ya que se trata de un modelo de unos sesenta años.
Ademas se encontraba cerrado a cal y canto. Cuando preguntamos al chico del taller nos contó que su tío era su propietario y que el tenia las llaves, aunque en ese momento no se encontraba precisamente cerca para venir a abrirlo.






Vale la pena echar un vistazo a estos enlaces con información y curiosidades sobre el el Mercedes Ponton:


Saludos y hasta la próxima.

lunes, 6 de febrero de 2012

Harinera y granja escuela.

Se trata de una pequeña escapada que hicimos foreros de la zona de Madrid en la víspera de Nochebuena de este pasado año.
Organizada por un gran compañero y conocido del CELA y el Urbexpain: El compañero Sienar, a quien nos unimos Lupin, Alex y yo.
El objetivo no era otro que visitar algunos abandonos cerca de la capital y básicamente pasar el día, sin demasiada prisa por llevar a cabo estas visitas, ya que lo mejor de estas salidas suele ser el poder volver a juntarse, ponernos al día de nuestras batallitas, actividades y proyectos, y sobre todo echar unas risas. Eso siempre.
Nuestro primer objetivo no fue llevado a cabo a pesar de tener un acceso sencillo, ya que después de dar varias vueltas y hacer algunas conjeturas descubrimos que lo podríamos visitar mas adelante de un modo mas "gratificante", así que queda pendiente aun.

De nuevo nos ponemos en marcha en busca de una harinera que ya divisábamos desde lejos. Llegar hasta allí fue curioso, ya que en la carretera había varias señales que nos indicaban su posición y por ello pensamos en un principio que podía estar aun en funcionamiento. Nada mas lejos.

Antigua harinera

El lugar tenia desde la distancia un aspecto ciertamente cuidado, pero al acércanos pudimos ver claramente que ya llevaba tiempo cerrado. En el interior había una nave completamente vacía y grafiteada ademas de algunos almacenes. El edificio central, aunque casi vacío, aun conservaba alguna maquinaria y detalles suficientes para pasar un rato explorándolo.


Pese a estar desmantelada y no poder subir a los pisos superiores valió la pena darse un paseo entre los enormes silos así como , linterna en mano atravesar el edificio por un oscuro pasillo donde se ubican aun los ejes y poleas que movían la antigua maquinaria de madera que ya no se encontraba allí, aunque en uno de los almacenes pudimos encontrar restos de esta.
Había también en la parte posterior una pequeña cueva y unas compuertas en lo que fuera un riachuelo, seco a día de hoy y que la planta aprovecharía de algún modo.






La granja escuela.


Cambiamos totalmente de tercio y nos dirigimos a una granja escuela abandonada ya hace algunos años construida en la ladera de un monte, en un precioso entorno y con gran cantidad de edificios que nos cuentan un poco de su historia.


El lugar consta de varias construcciones y en ocasiones costaba deducir cual era el uso de cada lugar al que entrabamos. También su estado de conservación resultaba extraño, ya que podías encontrar desde unos dormitorios con su estructura completamente intacta hasta aulas, salas comunes e incluso establos prácticamente en ruinas. Ciertamente nos dimos cuenta que cada edificio pertenecía a una época distinta, ya sea por los materiales de los que estaba hecho o por su estado. Había incluso una especie da casa de dos plantas con el techo completamente hundido. Casi parecía que le hubiera caído una bomba, aunque si te fijabas bien podías darte cuenta que había sido construida en varias fases y con ladrillos y patrones distintos.
Encontramos un bar, cocinas y una oficina aun reconocibles ademas de los restos de una cancha de tenis o incluso una piscina, normal en este tipo de centros. A parte delas instalaciones para animales me llamaron la atención sobre todo unas pajareras y un estanque para patos.

   Una vez acabada la visita deshacemos el camino en busca de otros lugares y de paso para parar a comer, aunque se nos hizo un poco tarde. Después de varias vueltas y alguna anécdota "rara rara" decidimos parar a comer en un lugar que vimos de camino que despertó nuestra curiosidad y que al final no era lo que parecía, aunque encontramos algo digno de dedicarle algunas fotos. Aunque eso ya sera en la siguiente entrada.

Saludos.