jueves, 19 de abril de 2012

Overlook hotel casino II

2ª parte: las habitaciones.



Tras recorrer la planta baja iniciamos el recorrido por el resto de pisos del lugar que aun nos tiene guardadas muchísimas sorpresas.
Mientras subimos por la preciosa escalera podemos contemplar algunos desperfectos propios del tiempo y otros de los gamberros de turno. Echamos en falta sin duda las lamparas que recorrían de arriba a abajo el hueco de la escalera y cuya existencia la atestiguaban unos tristes cables que aun pendían del techo. Este estaba coronado por una bonita vidriera que también había sufrido algún daño. A parte de esto el resto del hotel estaba casi intacto, en ocasiones nos topábamos con alguna habitación en la que aparte de la cama deshecha o un cristal roto, nadie podría asegurar que se trababa de un lugar abandonado.




Cada habitación era parecida pero no igual a la siguiente e incluso en algunos casos eran completamente diferentes en cuanto a distribución, colores, tamaño o antigüedad del mobiliario. Empezamos recorriendolas una a una pero al final nos movemos un poco al azar o simplemente echamos un vistazo a las que nos indican nuestros compañeros, o incluso alguno de los operarios que circulaban por los pasillos. Recuerdo que uno de ellos comentó que allí se alojo el mismísimo Adolf Hitler en cierta ocasión, y es que estamos hablando de un hotel construido en 1874. Fue uno de los mas grandes y lujosos de Alemania, tanto por el alojamiento como por su casino, por el que pasaron muchos grandes personajes del país germano. Sufrió a lo largo de sus cerca de 120 años de historia varias remodelaciones, restauraciones y ampliaciones hasta su posterior abandono en la década de los 90.



En la primera planta encontramos lo que debió ser una especie de sala de reuniones con una larga mesa en el centro, ya que el hotel en sus buenos tiempos fue también un punto de encuentro para empresarios y gente de negocios.



Algunas habitaciones, seguramente las mas baratas no contaban con baño completo, tan solo con un lavabo y una bañera.  Tenían esos enormes radiadores antiguos de hierro forjado distribuidos por la estancia, aunque algunas contaban con sistemas mas modernos de calefacción. Encontramos ademas pequeñas neveras, que formarían parte del típico mueble bar presente en todas ellas y que de haber corriente eléctrica seguramente aun funcionarían. En cuanto a mobiliario, este era de lo mas normal en la mayoría de las estancias de esta planta: Mesillas de noche, un par de sillas y una pequeña mesa de madera era lo que podíamos encontrar.
Pero en la siguiente planta la cosa cambiaba notablemente. Las habitaciones eran de mayor tamaño con baños completos y muebles tapizados.



Ademas las que daban a la parte opuesta de la fachada principal contaban con terrazas desde donde se podían contemplar las montañas y el teleférico, que en temporada invernal debía ser una vista esplendida.




Sin duda uno de los detalles que mas me cautivó fue este enorme lavabo doble fabricado en una sola pieza y con remates en bronce, que parecía tan antiguo como el propio hotel, se conservaba bastante bien, pero la grifería y el espejo parecían mucho mas modernos.



Pululando por la tercera planta y moviendonos por las escaleras de servicio cruzamos a un ala del hotel con aspecto mas nuevo. Por el corte de la moqueta y las paredes me atrevería a decir que se trataba de una ampliación. En cualquier caso desde una ventana contemplamos en la parte central una especie de buhardilla con el tejado cubierto de tela asfáltica. Al llegar allí tuvimos que usar de nuevo nuestras linternas para no caer de bruces. La poca luz existente delataba que se trataba de un almacén de cosas del hotel. Había desde sillas de varias formas y tamaños hasta lamparas antiguas, alfombras y todo tipo de mobiliario. Encontramos estanterías llenas de recambios de casi cualquier cosa que hubiera sido necesaria reparar en el hotel o las habitaciones. Mi parte favorita sin duda fue esta habitación llena de pequeñas lamparas identicas.



Como es tradición entre Chenko y yo bajamos a buscar los sótanos del lugar. Nuevamente encontramos una serie de pasillos oscuros y algunos cuartos con instrumentos de jardinería, mesas de herramientas o simplemente llenos de trastos. Por supuesto encontramos la caldera de la calefacción, aunque con gran decepción por que era una maquina moderna y ademas estaba casi nueva.



Y esto fue a grandes rasgos nuestra visita por este maravilloso lugar. Tras terminar y recoger el equipo comemos algo y nos preparamos para seguir conduciendo otro buen puñado de kilómetros por la noche. Buscamos a Lilian y los suyos para darle las gracias y despedirnos de ellos. Desde aquí les deseamos mucha suerte en sus proyectos. Gracias por todo.


Mas fotos sobre el lugar de nuestro compañero Gus aquí y también las de Nablacer aquí.

domingo, 15 de abril de 2012

Overlook hotel casino

1ª parte: La planta baja.

Cambiamos drásticamente la temática de nuestras visitas desplazándonos desde la mina Hugo hasta este lujoso hotel con casino.
Mucho se hablo de este lugar mientras preparábamos el viaje, pasando de ser uno de los puntos fuertes hasta incluso descartarlo de nuestra ruta y es que había información de todo tipo sobre el, como que podría estar cerrado, vigilado e incluso supimos de gente que por colarse fueron obligados a realizar servicios comunitarios. Mas tarde nos llego el rumor de que el lugar estaba totalmente olvidado y como confirmaban algunas fotos había sufrido los estragos del vandalismo. Con esas premisas nos pusimos en marcha a ver que nos encontrábamos y lo que sucedió fue realmente sorprendente: había gente dentro trabajando.

Como llevábamos mas de tres horas conduciendo para llegar, tirar la toalla no era una de las opciones y Sevilla decidió entrar a informarse y buscar quien estaba la mando para explicarle por que estábamos allí. Normalmente en estos casos, el dueño del lugar no suele fiarse o no suele entender por que un puñado de gente extraña quiere entrar a fotografiar su propiedad, por esto mismo siempre llevamos encima algunas fotos o libros de la temática para mostrar y explicarnos mejor, aunque normalmente sirve de poco. Nada mas lejos en esta ocasión, que tuvimos la buena fortuna de conocer a Lilian y a su marido, los actuales dueños del hotel y que ademas de poder hablar en español con ellos resultó que les entusiasmó nuestra afición sobre todo en cuanto al tema de las fotografías y por ello nos dieron acceso libre al hotel durante toda la tarde, cosa por la que les estamos eternamente agradecidos.


 Comenzamos la visita cuando llegaron en el segundo coche los demás compañeros con el resto del equipo fotográfico. Una vez hechas las presentaciones accedemos al interior por la planta baja, a mi juicio la mas impresionante del hotel. Aquí nos encontramos con grandes salones y salas comunes como por ejemplo este  precioso comedor enmoquetado con cortinas amarillas y repleto de espejos en las paredes.









Desde esta sala con columnas en mármol rojo se podía acceder al casino, el cual ya no contaba con las mesas de juego y donde el tiempo y la humedad habían empezado de dejar su huella. Aun así conservaba muchos detalles, como las luces de las mesas de juego, las barras de bar y sobre todo las increíbles lamparas que aun colgaban del techo.


 Cruzando por varias salas algunas bastante oscuras nos topamos con una especie de sala de baile con el techo acristalado, también con su barra de bar ademas de su correspondiente despensa y cocina, desde la cual se podía acceder a un patio interior que daba la impresión de ser el centro del hotel.

 En realidad la autentica cocina del complejo era mucho mas grande e impresionante. Esta estaba casi intacta y se podían observa muchos vestigios aun del trajín propio de estos lugares, incluso restos de comida. Por el suelo alguien había vertido sangre falsa; daba la sensación de que se había arrastrado un cadáver por el suelo hasta el enorme frigorífico.










 Recorriendo uno de los oscuros pasillos en la zona de la recepción nos encontramos cantidad de salas sin ventanas, almacenes y otros cuartos para el mantenimiento y la limpieza del hotel. Sin duda una de las mejores partes era una pequeña cafetería forrada completamente de madera, con una barra cuadrada en el centro y una gran estantería repleta de libros, algunos bastante antiguos.


 La planta baja no deja de sorprendernos pese a su estado, la sensación de estar en un lugar lujoso es inevitable. En la cara este del edificio nos topamos con lo que debió ser una farmacia o enfermería ademas de una sala de billares que aun conservaba las lamparas y varios sillones forrados de terciopelo rojo.
























Para no saturar a nuestros lectores con demasiadas imágenes vamos ha parar aquí. En la próxima entrada continuaremos con las habitaciones y el resto del hotel. Esperamos que os haya gustado.