viernes, 29 de marzo de 2013

El reformatorio II.

Segunda parte.

Continuamos en este reformatorio portugués junto a nuestros compañeros David Galvache, AlgacaJesus que se encuentran en algún lugar con Chenko, AdolfoYass y yo dejamos la iglesia para ver las plantas altas.


Aunque lo primero de todo subimos al interior de la torre del reloj, cosa que siempre me ha llamado la atención y nunca había visto en persona. Me encanto, la verdad toda esa maquinaria para dar cuerda y poner en hora el enorme reloj que coronaba la fachada de la iglesia. Las escaleras eran estrechas y el lugar muy oscuro, hubo que tirar de flash para poder hacer la foto, pero valió la pena.





















Para empezar nos topamos con un pasillo ruinoso, con el techo medio hundido y el suelo de madera en muy mal estado, para movernos lo hacemos con mucho cuidado, evitando pisar las maderas mas dañadas o sencillamente las que dejan entrever el piso de abajo, intuyendo donde se encuentran las vigas de carga y pegados a las paredes podemos explorar esta planta.




Guiados por Adolfo, que ya había visto esta parte del complejo nos vamos encontrando cantidad de cosas curiosas, como por ejemplo una habitación que debió ser lavandería y que aun conservaba una lavadora bastante antigua, pero sin duda lo mejor era la mesa de plancha, lastima no poder acercarme mas para hacer una mejor toma.
Otra joya la encontramos muy cerca. se trata de una curiosa nevera con el disipador en la parte de arriba. Daba la impresión que el suelo iba a ceder bajo el peso del electrodoméstico de un momento a otro.
Al fondo del pasillo hayamos lo que parecía una cocina o una despensa por el tipo de mobiliario, aunque realmente la cocina principal del complejo la encontramos en la planta baja y era realmente enorme.























Las demás de habitaciones debían ser aulas ya que aun quedaba por allí algún pupitre. El resto de esta planta y de la siguiente no eran muy transitable, mayormente, como nos contaron luego por que hubo un incendio y esta parte del edificio quedo muy dañada, si a eso le sumamos su antigüedad y las filtraciones de agua da que pensar.




Continuamos la excursión buscando accesos a otras partes en busca de cosas nuevas. Encontramos las salas comunes y los dormitorios, principalmente grandes espacios vacíos con apenas algo de mobiliario pero si ciertos detalles.

Algo que nos llamo mucho la atencion fueron dos habitaciones iguales situadas tras las escalaeras de cada planta. Se trataba de una especie de celda de castigo, pero impresionaba la doble puerta y el grosor del hierro de la que estaba fabricada, hacia pensar en la clase de niños que habitaron el lugar y sus historias.
Tras esto y sin terminar de ver completamente el edificio principal salimos fuera para ver los edificios adyacentes, esta vez acompañados de Chenko.








Visitamos un enorme almacén de dos plantas con todo tipo de trastos, desde maquinas de coser hasta televisores, pero lo mejor de todo era un enorme fuelle de fragua que había por allí olvidado. Ademas pudimos ver lo que quedaba de un aserradero y una pequeña bodega con unos toneles de tamaño respetable.


Para terminar y practicamente cuando nos ibamos pudimos echar un vistazo rapido al generador que alimentaba el complejo, e incluso parte del pueblo donde se ubica el reformatorio como mas tarde nos contaron.




Como broche de oro un pequeño garaje con cuatro carruajes de la época, cada uno tenia su función: uno para visitas, bomberos, aprovisionamiento y uno fúnebre. Nunca pensé encontrar en un abandono algo digno de estar en un museo.



Mientras recogiamos nuestas cosas el cuidador de la finca nos contaba historias del reformatorio cuando estaba en activo ya que el mismo trabajo alli durante años. Despues de darle las gracias nos fuimos a comer, sabiendo que a pasar de haber estado toda la mañana no lo hemos visto todo, pero con muy buen sabor de bosa y buen humor.
Ahora es momento de despedirse; cada uno debe volver a su respectiva casa y afrontar el lunes, pero el fin de semana ha sido inolvidable.

¡Gracias a todos!


4 comentarios:

  1. Es un reportaje brutal; lleno de detalles; como los que me gustan a mi.
    ¡¡Saludos!!

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  2. Uau! Me ha gustado mucho este lugar!!

    Los carros son una pasada!!

    Felicidades por el reportaje!!!

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  3. Ostras con los carruajes, son autenticas piezas de museo!! No los ví, por que zona quedaban? En el edificio principal?? Geniales encuadres compañero.

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  4. Para mí también fue inolvidable, a si que...habrá que repetirlo!
    Fantástica esta segunda parte!

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