
A pesar de todo esto no nos decepcionemos y recorrimos el lugar al completo, ya que aunque vacío vale mucho la pena la visita.

El acceso al recinto era tan simple como ocultar el coche y saltar por cualquier punto de los cientos de metros de valla que lo rodean haciendo caso omiso de las ya familiares señales de tipo "achtung - verboten". El único problema es que nuestro compañero Sevilla con su brazo aun convaleciente no tenia modo de saltar. Por esto improvisamos una entrada para el torciendo un barrote ya doblado y que nos costo cierto esfuerzo.
Mientras Sevilla y yo fotografiábamos el típico mural de Lenin en la entrada, Chenko se las arreglo para encontrar un acceso al edificio principal. Aunque en el recinto había cerca de veinte edificios, este era el que mejor se conservaba ademas de ser también el que nos llevo mas tiempo recorrer. Los demás se encontraban totalmente vacíos y carentes de detalles, ademas de tapiados y los que eran accesibles era trepando por las ventanas, esfuerzo que siempre acababa en decepción.
En la primera planta se hallaban las habitaciones y algunos almacenes ademas de la recepción, también un par de quirófanos. en la segunda se encontraban los demás quirófanos y habitaciones, así como un ala infantil en la ultima planta, donde llamaban la atención sobre todo los murales de las paredes.
En el edificio no se apreciaban apenas señales de vandalismo, solamente el paso del tiempo que se hacia notar sobre todo en la pintura de las paredes. También había alguna gotera que estropeaba el suelos y techos, pero a pesar de esto el edificio se encontraba en unas condiciones que ya quisiéramos para algunos abandonos de nuestro país.
Tambien dimos una vuelta por el sotano practicamente a oscuras, aun asi nos dejo algunas buenas imagenes y algun que otro susto por no ver apenas nada.
La buhardilla resulto algo mas interesante ya que se podía contemplar la estructura de madera del tejado, ademas de algunas curiosas habitaciones y la maquinaria del ascensor.
Revisando los edificios de alrededor como ya he mencionado encontramos poca cosa. Una sala de calderas, barracones, algunas viviendas y una gran casa que no contenía absolutamente nada, ni siquiera las baldosas del suelo, aunque conservaba algunos detalles dignos de fotografiar


Y esto fue un poco el resumen de la mañana ya que después de comer, la tarde la dedicamos entera al kaserne Krampnitz.
Aquí terminamos nuestros reportajes sobre la zona de Berlin, aunque nos gustaría volver visitar mas lugares como este, aunque eso será mas adelante. También mencionar que este viaje no fue solo de abandonos sino también de turismo y que resulto de lo mas divertido, pero eso ya es otra historia.
Gracias a todos los que nos habéis seguidos y un abrazo a Sevilla por la estancia y por acompañarnos a todas partes.