lunes, 28 de septiembre de 2015

Grand Hotel

Crónica de una incursión desesperada.


   Historia rápida: Inaugurado a finales del siglo XIX, reformado y remodelado al menos dos veces en el XX y finamente cerrado y abandonado a principios del XXI.
   Este hotel que empezó siendo el alojamiento preferido de la alta sociedad que visitaba las termas y balnearios de la zona, hoy lo encontramos completamente abandonado, quizás por la enorme competencia que brinda la gran cantidad de hoteles que podemos encontrar en la localidad.


   Del esplendor de la primera época del hotel poco queda, ya que se fue modernizando con el transcurso de los años aunque si cabe destacar uno de sus comedores y como no, su salón principal, que aunque reformados conservan la estética de principios de siglo. El resto del complejo luce un aspecto mas moderno, llegando incluso a ofrecer servicios de salón de belleza, piscinas de hidromasaje, rayos uva e incluso aroma-terapia, como mas adelante os mostraremos.


   Como ya os comenté en la entrada anterior este fue nuestro peor día en cuanto a abandonos. Perdimos mucho tiempo en un castillo en el que nos topamos con varios albañiles que nos echaron de malas maneras y con el jefe de estos, muy amable por cierto, pero que después de dar con el y venir a vernos en persona, básicamente nos dijo que no podía permitir entrar debido al peligro del lugar... En fin. También probamos suerte en un gran sanatorio en el que mientras tanteábamos la entrada llegaron los carabinieri a tantearnos a nosotros.


   Este hotel era nuestro primer destino para el día siguiente, de hecho dormiríamos en la misma localidad donde se encuentra, de nuevo gracias a una buena planificación el ritmo del viaje siguió constante, aunque hacer la incursión al final del día en lugar de a primera hora de la mañana también brindo algún contratiempo.


   Imaginad una localidad de casi 20000 habitantes a las siete de la tarde, un montón de jubilados repartidos por cada banco, calles llenas de coches y gente de un lado a otro y nosotros tratando de colarnos en un edificio enorme en pleno centro. Sevilla y Chenko fueron rápidos y lo lograron, Mario y yo nos quedamos atrás pero finalmente el también pasó, aunque una señora nos vio en la tentativa y comenzó a señalarnos y a llamar a otra que trabajaba en una tienda, esta no dejo de vigilarme durante casi una hora mientras paseaba de un lado a otro. Incursión chapuza donde las haya, si quieres explorar tranquilo tienes que asegurarte no ser visto al entrar, pero después de un mal día de urbex desesperábamos por conseguir ver algo.


   Por suerte para mi la señora de marras tenia ganas de cerrar su tienda y en ese momento aparecieron tres exploradores mas que aparcaron a nuestro lado y sin mesura con todo el equipo se bajaron e intentaron acceder por la fachada principal, ganando la atención de todo el mundo. "De perdidos al río" aproveche el momento para entrar por la ventana trasera que habían usado mis compañeros, sabiendo que si alguien llamaba a la policía ya era algo inevitable y no sería por mi imprudencia así que al menos en ese tiempo podría darme una vuelta por el hotel.






   Tengo que decir que no paso nada ni nadie vino a echarnos. Me encontré con el nuevo grupo de exploradores que resultaron ser belgas. Los tres afinados en un rincón para conseguir la conocida foto del salón principal. Me comentaron que conocían otra entrada por la fachada principal y que a pesar de ser vistos no les importaba ya que tenían intención de salir rápido.





   Recorrí la planta baja sin hacer apenas fotos esperando encontrarme con mis compañeros, los cuales encontré el la ultima planta. Una vez dadas las explicaciones y habiéndoles puesto en alerta sobre la posibilidad de que viniera la policía me pongo a recorrer las estancias principales del hotel y sus habitaciones con relativa calma y ya por fin me tome el tiempo para hacer algunas fotos. El lugar en su mayor parte estaba intacto en cuanto a conservación, pero en la primera planta el deterioro era mas que evidente, cosa curiosa por que de hecho no debía llevar mucho tiempo abandonado (eso creo), de hecho buscando información se pueden ver multitud de webs de alojamientos que cuentan con este hotel aun entre sus sugerencias.


   En el gran salón había un par de pintadas enormes, aunque fáciles de evitar en las fotos con el ángulo adecuado o usando un editor. En una habitación de servicio contigua encontramos este par de impresionantes graffitis dignos de fotografiar.



   Tras un buen rato y con la certeza de que nadie va a sacarnos de allí la exploración se vuelve mas tranquila. Sevilla y Mario se van al coche y me prestan un trípode para hacer algunas fotos que necesitaban de mas tiempo. Finalmente me reúno con Chenko que como de costumbre había recorrido mas a fondo que nadie el lugar y me muestra la zona spa del hotel.





   Tras cruzar un par de plantas por las escaleras de servicio esquivando algunas puertas cerradas y linterna en mano nos topamos con varias habitaciones con camillas de masaje, cruzamos un pequeño gimnasio y llegamos a una gran piscina de agua caliente que ocupaba toda una habitación.





   Completaban el circuito de relax algunas bañeras de hidromasaje, sauna, una sala de bronceado y otra con aparatos de aroma-terapia, que si no me dicen lo que es jamás lo hubiera adivinado. En los armarios además encontramos intactos cantidad de productos de belleza, lo que mas nos llamo la atención fueron unos cubos de lodo de algas para hacer mascarillas.




   Hasta aquí nuestro segundo día de viaje por Italia. Tendremos mas incursiones raras y pacientes, pero ninguna tan mal llevada como esta, os lo prometo.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Villa Moglia


   Comienza nuestro segundo día de ruta por Italia. Cabe decir que este fue sin duda el peor de todos, pero por suerte pudimos visitar algún abandono.
   La planificación es este tipo de viajes es algo importante sin duda y hay que estar preparado para lo que sea. Para empezar siempre fijamos los lugares mas potentes a visitar a lo largo de cada día, calculamos tiempo y kilómetros y reservamos con antelación donde vamos a dormir, de tal modo que el sitio donde pasemos la noche quede entre el ultimo abandono a visitar y muy cerca del primero del día siguiente. Ademas siempre llevamos localizaciones extra que pillan de paso, estas son generalmente mas flojas o rematadamente buenas pero de acceso muy difícil o del que no tenemos información y hay que probar suerte.


   Villa Moglia es una de esas localizaciones extra y de hecho fuimos directos allí por la mañana, como si ya nos oliéramos que lo planeado para el día no iba a salir o tal vez nos sentíamos muy optimistas con respecto al tiempo que teníamos en la jornada para cubrir distancias ya que el ultimo abandono del día anterior no pudo ser y nos fuimos pronto a dormir.


   Prácticamente vacía, bastante ruinosa y muy vandalizada es la definición, aunque con ese encanto en cuanto a arquitectura y decoración en total decadencia con la que ya nos estábamos empezando a familiarizar, propia del país Italiano. El acceso tan simple como aparcar al comienzo del camino y sortear la vallas que lo rodean, ademas abiertas por que en algún momento del día anterior debió de haber trabajadores acicalando el jardín, como se podía observar.



   Ubicada entre las colinas de Chieri, originalmente construida como fabrica textil y reconvertida en palacio hace cerca de tres siglos por un arquitecto de la época celebre entre la nobleza y el clero. No queda mucho de su antiguo esplendor, salvo los frescos de sus techos de motivos japones desconchados y ruinosos en algunas salas. Con una estructura en forma de U cuenta con dos plantas y un sótano en el edificio principal, la mayoría de estos espacios ya intransitables.


   El lugar se intentó recuperar en 2007 por el municipio donde se encuentra pero debido a ciertos problemas de titularidad de la finca el proyecto fue finamente abandonado y el deterioro del edifico se acelera cada vez mas como dejan patente las fotos de otros exploradores que lo han visitado con anterioridad.


   A la derecha del edificio existe una pequeña iglesia, posiblemente la parte mas maltratada del lugar, del altar poco queda por no mencionar lo que debió ser un órgano de madera cuyos restos están esparcidos por toda la planta.




   En la parte izquierda quizás lo mejor que tiene este palacete de campo y lo que mas nos llamo la atención del lugar. Se trata de un granero reconvertido en un pequeño cine teatro como atestiguan las filas de butacas, las marcas de tablas donde existió un escenario o una pequeña sala para proyecciones, de lo cual como podéis ver no queda nada.


   Y poca cosa mas que contaros sobre este abandono de paso, que aunque con cierto encanto no nos entretuvo demasiado. Hasta la próxima.