lunes, 24 de febrero de 2014

Villa de la carcoma.


No hay muchos exploradores que se movilicen mas de mil kilómetros para buscar nuevos lugares. Por lo general cuando un explorador viaja es por que ya conoce localizaciones y referencias de un abandono.
Una excepción en este mundo son los gemelos Galvache, que cuando se ponen a buscar abandonos lo hacen con sus propios ojos y pequeñas pistas que se buscan ellos mismos para después verificar cada lugar uno a uno. Es lento laborioso y te llevas mas de una desilusión, pero solo de esta forma se pueden descubrir lugares que nadie mas conoce como este que hoy tenemos el placer de recorrer junto a ellos y Mario en un nuevo viaje por tierras portuguesas.
Se trata de una casa de campo en una pequeña finca que en su día albergo ganado como atestiguan su corral y establos.

El hogar es muy antiguo y su estructura de madera, para evitar su deterioro en algún momento su tejado fue reformado por completo, lo cual nos explica por que la vivienda sigue aun relativamente en pie.
El mayor problema son sin duda su falta de ventanas por donde entra el agua y la humedad pudriendo poco a poco los suelos de madera y donde no hay podredumbre hay carcoma como nos muestran algunos muebles y objetos.
Por lo demás el lugar es puro encanto y al explorarlo descubrimos vestigios del pasado, de costumbres y objetos que no muchos reconocen y comprenden.
Una vez arriba respiramos aliviados al ver que las escaleras han aguantado a duras penas nuestro peso y escrutamos los detalles de la morada con tranquilidad, evitando, claro, los agujeros del piso.




El lugar consta de una cochera, una planta principal donde se encuentran el salón, cocina, baño, habitaciones y una oficina, además de una buhardilla con gran cantidad de objetos. Un pupitre, varios cofres, una cuna y una bañera de bebé, la única cama que queda en el lugar e incluso un uniforme, tal vez militar.









Había una habitación llena de pequeños objetos mezclados con sillas rotas e incluso algunas piezas de coche además por supuesto de otro cofre de metal.


La mayor joya que encontramos es también nuestro mayor pesar. Se trata de lo que quedaba de un gramófono precioso, aunque carcomido y de fabricación y materiales baratos. Encontramos partes de este repartidas por la casa, por desgracia no todas, aunque si algunos discos, ¡fabricados en pizarra! También hayamos el frontal de una antigua radio, de la cual no apareció ni una sola pieza mas.





















Otro de los grandes atractivos de la pequeña vivienda eran sus cuadros, cubiertos de polvo y en su mayoría intactos y en su lugar, otros no tuvieron tanta suerte...




En el escritorio de la pequeña oficina se podían encontrar cientos de documentos interesantes como correspondencia, documentos de los habitantes del lugar e incluso las escrituras de la casa.



Una antigua tabla de planchar...





Tras un buen rato dentro dejamos la pequeña casa de campo, de nuevo con cuidado mientras bajamos por las escaleras de dudosa consistencia, que de una vez mas crujieron pero no cedieron. Y hasta aquí nuestro pequeño reportaje en la villa de la carcoma.

lunes, 3 de febrero de 2014

La morada de los enanos.


Este fue el ultimo lugar que visitamos el año pasado en nuestra ultima escapada de abandonos. La localización se la debemos a nuestro compañero Nalabcer y se trata de algo tan curioso como puede ser una vivienda cavada en la roca, aunque esta es especial por su forma y también por su historia.


Acceder dentro no presenta inconveniente ya que la finca no esta cercada, las puertas del jardín y los diferentes niveles no están cerrados y en la vivienda central encontramos dos ventanas abiertas totalmente, algo achacable probablemente al vandalismo, por suerte en el interior no hay destrozos ni pintadas.




En el jardín principal aun se aprecian los restos de una fuente. La planta baja consta de tres salas, la mas grande de todas acoge aun lo que parece una barra de bar, detrás de esta se puede encontrar una pequeña gruta de varios metros aunque desgraciadamente llena de basura. En estas salas se aprecia bien las partes naturales y las excavadas.







 Subimos hasta encontrar otro pequeño llano de tierra, tal vez otro jardín y a nuestra espalda un túnel ascendente con escaleras excavadas en la roca que aun se conservan muy bien. La puerta esta abierta. Es extraña la sensación de recorrer estos pasillos, casi desfiladeros, pero bien provistos de barandillas, muy toscas pero bien elaboradas que es lo que confiere al lugar ese aspecto enigmático a medio camino entre un paisaje natural y una extraña vivienda.
   Encontramos los restos de una cama en otra pequeña gruta no muy acogedora.
Arriba del todo se puede disfrutar de una magnifica vista de toda la zona mientras atardece, muy cerca hallamos parte de una pequeña vivienda en ruinas, esta ultima mas mas normal, con vigas de madera y tejas.






Para terminar exploramos la parte posterior donde encontramos un cobertizo en ruinas, la parte izquierda de la fachada con otro pequeño hogar, pero esta muy bien cerrado.
Finalmente recorremos los alrededores de donde fluye el agua por una pequeña cascada y ademas muy cerca una pequeña gruta natural con esas curiosas formaciones rocosas en el techo, aunque todas las estalactitas habían sido arrancadas.
Hasta aquí nuestro día, tranquilidad, naturaleza, amigos, abandonos y alguna cervecita.


¡Hasta la próxima!