domingo, 20 de mayo de 2012

Das Krematorium.

Crematorio abandonado.
Madrugón, desayuno en el burguer de turno y en marcha. Así comienza nuestro segundo día por tierras alemanas. Visitamos el lugar mas alejado de toda nuestra ruta y puede que también el mas curioso ya que se trata de un crematorio; un tipo de abandono que nunca habíamos visitado antes. Nuestra suerte es que está a poca distancia de donde nos alojábamos, ya que para eso condujimos buena parte de la noche anterior.
Con la respetable cifra de mas de cien años de edad el edificio se alza entre arboles y matorrales secos en un pequeño recinto cerrado y lúgubre, contrastando con el enorme parque lleno de verdor que lo rodea. La imagen es casi de película. En frente, una calle de un barrio residencial y en una esquina cercana, una comisaria, pero el hecho de madrugar nos libra de posibles miradas indiscretas.

Una vez allí y procurando no llamar la atención nos colamos por un hueco en la alambrada en la parte trasera y buscamos un acceso al interior, concretamente un agujero del que estábamos enterados gracias a Nalabcer. Resulto que este se encontraba en la fachada que daba a la calle, cerca de lo que fue la entrada principal, así que rápidamente y con cuidado subimos unas destartaladas escaleras de piedra y poco a poco vamos entrando.


Lo primero que nos encontramos es la cámara funeraria donde se instalaba al difunto mientras se llevaba a cabo la ceremonia del entierro. La sala era pequeña pero cuenta con un impresionante techo de unos diez metros de altura. Al fondo se puede ver lo que queda de lo que fue un atrio donde el párroco daba la misa y una trampilla donde se colocaba el ataúd y por la cual se le bajaba a la zona del crematorio. También en los laterales de la sala encontramos una vicaria y una sala con escaleras que nos conducen directamente a los hornos de cremación.
Bajando al primer sótano damos con un pasillo vagamente iluminado por un tragaluz con lo que parecen ser enormes cámaras frigoríficas. Buscando en Internet confirmo este dato y puedo añadir que se instalaron cuando el lugar llevaba ya varios años funcionando y que fueron requeridas debido al "gran volumen de trabajo" que procesaba.




Mientras cruzamos el pasillo las linternas se hacen imprescindibles. Al fondo encontramos una especie de carretilla de carga con una sola pala larguísima que se podía levantar por medio de un brazo, estaba montada sobre una plataforma circular de la que partían dos pares de raíles dispuestos en forma de "Y" y que terminaban cada uno en los respectivos hornos, revestidos de gruesos muros y azulejos termorefractarios.



A cada lado de los hornos encontramos un pasillo donde se encontraban los controles eléctricos y de temperatura así como las llaves de gas de la maquinaria. Desde estas salas es también por donde accedemos al segundo sótano, este aun mas oscuro y frio pero con muchas cosas curiosas dignas de ver.



Nada mas bajar y bajo la tenue luz de un maltrecho tragaluz comido por la vegetación encontramos estas "pastillas de cerámica" numeradas esparcidas por una mesa y el suelo. Se trataba sin duda de la identificación con la que contaba el difunto al entrar en el horno, al ser de cerámica el calor no la consumía y su uso evidentemente era para evitar errores a la hora de gestionar las cenizas.




Seguimos explorando con nuestras linternas el interior de este sótano. Encontramos una sala repleta de urnas, estas se usaban para guardar y conservar las cenizas. Cada una de ellas tenia también una tapadera en la que se incrustaba una chapa redonda de latón en la que se podía grabar los datos del difunto mediante una maquina de estampación que creo que estaba en alguna de las salas pero no puedo asegurarlo. En cuanto al resto de maquinaria tampoco saque demasiado en limpio: motores que no sabia por que estaba allí, tuberías que no iban a ninguna parte y un sistema de poleas y contrapesos que costaba deducir su uso debido a la oscuridad total y a no poder observar todo el mecanismo entero. Lo que si que observamos mediante el oxido y las paredes es que el lugar se inundaba fácilmente.




















Pese a que las fotos no son demasiado buenas y las descripciones resultan un tanto pobres realmente este fue el lugar que mas me gusto de todo lo visitado en el día, por su antigüedad, lo curioso del lugar y por que creo que tenia un encanto especial. Por cierto cuando preparábamos este viaje servidor dijo que ir hasta este lugar no valdría la pena. Me alegro de haberme equivocado. Y hasta aquí nuestra visita, no olvidéis echar un vistazo a las fotos de los compañeros Klovis y Nalabcer.
Saludos.