miércoles, 16 de octubre de 2013

El Palacio del vino.




Se trata de un pequeño palacete de recreo olvidado en una minúscula pedanía, que nos recuerda bastante a otro mas conocido que visitamos hace algún tiempo. A simple vista puede parecer un caserón en estado casi ruinoso, rodeado de zarzas y medio comido por la hiedra, aunque los azulejos de su fachada denotan cierto aire señorial. Pero lo realmente interesante son los detalles que adornan su interior.

Aparcamos bajo una gran terraza y nos repartimos por el lugar. Había varias puertas abiertas, así que no hubo problemas de acceso. Chenko y yo comenzamos el recorrido por lo que parece una antigua cochera con mucho encanto pero vacía. Al subir al piso de arriba decidimos no continuar, viendo el estado de las escaleras.

Nos cambiamos al edificio principal, mientras nos dirijimos alli no podemos evitar oir las exclamaciones de nuestros compañeros que ya se encuentran en piso de arriba. Al entrar dentro nos encontramos con esta gran bodega. Esta dividida en dos partes. En el piso de abajo podemos pasearnos entre estos enormes barriles, alguno incluso tan alto con nosotros. También encontramos una sala oscura llena de celdas donde guardar botellas.







Ya en la planta superior nos damos cuenta de la magnitud del lugar al encontrarnos una zona con lagares, prensas y barricas para la producción de vino a pequeña escala, o mejor dicho, vino para los propietarios de este palacete, obtenido en su propia bodega y de su propia cosecha, ya que el lugar esta rodeado de viñas. Pero la temática vinícola no termina aquí, ya que la decoración del lugar también gira en torno al vino y la vid.







Coloridas paredes con la pintura desconchada, complejas molduras en escayola, lisas o pintadas con tonos pastel y dorado, rosetones en donde hubo lamparas antaño, ventanas con cristal de colores. Un autentico regalo para los ojos. Estos son los restos de la ostentosa decoración que aun perdura en este pequeño palacio, contrastando con el encanto de la propia decadencia fruto del paso de los años.

























En esta habitación debieron existir algunos de los motivos de decoración mas bonitos del lugar, además tanto el techo como parte de las paredes están pintados y adornados de manera magistral. La parte negativa es que si nos fijamos bien, nos daremos cuenta de que los elementos que faltan no se han derrumbado pues en el suelo apenas hay escombros que justifiquen su ausencia, de hecho hay señales de que parte de esta decoración ha sido retirada, además de manera cuidadosa. Efectivamente hablo de saqueo en toda regla, aunque todavía quedan muchos detalles que permanecen.




El hall principal es sin duda alguna el punto fuerte del lugar. No solo esta decorado de un modo increíble, si no que también su deterioro es mínimo. El papel pintado del techo esta perfecto y la cenefa que rodea la sala, a pesar de su falta de color se conserva muy bien. Rematan el conjunto de la cornisa cantidad de querubines y motivos de naturaleza. El hall además tiene un elegante un arco con columnas y desde aquí se puede acceder a algunas estancias curiosas a través de unas puertas de madera labrada.






Concretamente dos de las salas contiguas también poseen techos increíbles y bien conservados.

En la mas pequeña, con aspecto de despacho se pueden observar gran cantidad de motivos que tienen que ver con la cultura del vino como la vid y las uvas, además de algunos pequeños pájaros y rosetones colocados de forma geométrica. La parte central donde estaría la lampara ha desaparecido.

Existe otra sala aun mas grande que podría ser un dormitorio o una sala de estar. Lo mas característico son los ocho rostros que podemos encontrar en ella, algunos con racimos de uvas en el pelo a modo de tocado, tal y como los griegos representaban a Dioniso, el dios del vino. Además podemos ver perros y motivos de naturaleza, por desgracia también faltaba la parte central del techo.





Al salir del lugar y mientas nos refrescábamos un poco llego una familia. La mujer contaba a su marido cosas en portugués sobre el lugar. Nos pico la curiosidad y le preguntamos si sabia algo sobre el palacio, a lo que nos contesto, señalando una casucha cercana devorada por las zarzas, que había vivido allí con sus padres, los cuales eran los guardases del lugar hasta que fue abandonado, siendo ella muy pequeña. Nos reconoció que le habría gustado trabajar también allí, y aunque no lo comprendimos muy bien nos dijo el nombre del lugar.


No dejéis de pasaros por la web de nuestro compañero Nacho Labrador y ver sus fotos de este lugar.

viernes, 11 de octubre de 2013

El viejo deposito de coches.

   Una vez mas recorremos tierras portuguesas y como ya es casi costumbre invitados por los chicos de Urbexploi!, David y Algaca . Ademas de Chenko y un servidor también contamos con la compañía del amigo Sevilla, todo un honor teniendo en cuenta que solo lo vemos una o dos veces al año y a miles de kilometros de nuestras fronteras. ¿que no?

   Quiero empezar con un pequeño ejercicio fotográfico de blanco y negro combinado con algunas trazas de color.

Se trata de un viejo deposito de coches dentro de unos cuartelillos completamente abandonados y vacíos. su mayor encanto los destartalados vehículos que deben llevar unos cuanto años olvidados allí y donde la naturaleza se va adueñando poco a poco de ellos.





A mitad de camino entre la corrosión y el olvido, aguantando las inclemencias del tiempo y de los años desde que la grua, por diferentes motivos los dejo en este pequeño patio. Algunos son verdaderos clásicos.













Tras este pequeño entrante iremos preparando los siguientes reportajes de este corto pero intenso viaje.
Nos vemos pronto.