martes, 26 de marzo de 2013

El reformatorio

Primera parte

   Cuando llevas un tiempo en este mundillo que es la exploración urbana, visitando lugares, intentando otros y viendo muchas fotos de compañeros siempre acaban surgiendo pequeños anhelos, ganas de ver esos lugares que te han visto otros o simplemente de conocer cosas que nunca has visto pero que tienes curiosidad por ver.

El reformatorio es uno de esos lugares que suscita tanto interés para mi, principalmente por que ya me habían advertido que era enorme y estaba lleno de cosas curiosas, de maquinas, antigüedades y algunos elementos que fuimos descubriendo por nuestra cuenta, ademas de que llevaba su tiempo explorarlo completamente y no digamos si nos entretenemos en hacer fotos...




El lugar esta ubicado en una pequeña población o tal vez lo que fuera una antigua colonia, de lejos ya impresiona bastante con tan solo observar la fachada del edificio, por no mencionar el enorme patio lleno de arboles, palmeras y zonas ajardinadas, ademas de una gran extensión llena de mandarinos, de los cuales al final de la jornada acabamos probando su fruto.

El acceso no fue ningún problema ya que nuestros amigos salmantinos que ya habían estado alguna que otra vez por allí conocían a la persona que nos daría permiso, a pesar de no ser ningún guardia, este cuidaba el complejo. Así que con nuestra simpatía y un par de llaves en forma de botellas de vino pasamos para dentro sin montar mucho jaleo, para no dar problemas a nuestro amigo.

























Lo primero que nos encontramos al entrar por una de las puertas es un enorme pasillo con un viejo suelo de madera. El edificio central tiene forma rectangular con un patio cerrado en medio, asi que por este pasillo empezamos a recorrer el lugar y sus estancias.
Cerca de la entrada había una oficina oscura que tenia pinta de ser un despacho importante por sus muebles y otros detalles, pero junto a esta encontramos lo que presumo fue una barberia de la que solo quedaba lo que en otros tiempos fue una bonita silla.



Muy cerca de allí había lo que quedaba de un aula de música con los restos de una batería y algunas partituras esparcidas por el suelo. Esta parte de la planta baja empieza a resultar un poco rara para mi, tal vez por la falta de lógica en la distribución de cada estancia o por que sencillamente no encontraba las cosas como esperaba, en cualquier caso la visita estaba empezando.


Cerca de alli tambien encontramos la enfermeria, una pequeña farmacia y varios despachos mas, pero al seguir adelante la cosa cambio radiclamente al encontrarnos en una especie de claustro y moviéndonos por la zona, varios talleres.






Esta fue la parte mas larga del recorrido ya que había muchos talleres de todo tipo: carpintería, electricidad, herrería, calzado, costura, automoción, marquetería, pintura y muchos mas.
Pese a los deterioros del tiempo y por que no decirlo, a cierto grado de vandalismo todo se conservaba bastante bien y se podia adivinar cada una de las actividades que se llevaban a cabo.
encontramos ademas muchisimas maquinas, algunas demasiado nuevas para lo que se esperaba de un lugar asi, pero sin duda lo que me cautivó fue un torno en perfectas condiciones.















Atravesando otro patio nos tropezamos con una cancha de baloncesto y un gimnasio, este estaba tapiado aunque prácticamente vacío y las pocas cosas que podía contener las encontramos esparcidas por el resto del edificio.



Volviendo sobre nuestros pasos atravesamos de nuevo los talleres y el claustro para encontrar la iglesia que habíamos visto desde fuera y que resulto ser mas grande de lo que esperaba. Estaba prácticamente vacía, pero al menos no estaba destrozada.






Y hasta aquí la primera parte de nuestra visita.

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