domingo, 16 de octubre de 2016

Kelenföld art decó power plant


   Seguro que muchos de los que seguís este blog, al igual que yo alguna vez se os ha ocurrido poner en un buscador el nombre de cualquier país seguido de la palabra "urbex" solo para curiosear los sitios mas clásicos o mas de moda en ese momento en el país en cuestión. Así es como comienza mi interés por esta planta eléctrica en pleno corazón de Budapest, Hungria. No seria hasta hace un mes que visitando la capital húngara con mi pareja y amigos les "convencí" de que me acompañaran a echar un vistazo.


   Las plantas eléctricas son algo que nos fascinan desde siempre, pero esta en concreto, con una sala de control estilo art decó tan increíble, y la estructura ovalada de cristal que sirve de tragaluz, no tardo en convertirse en uno de mis referentes a visitar.

   Aunque no voy a engañar a nadie, esto NO es urbex de ninguna manera. La central de Kelenföld con sus mas de cien años de historia aun sigue funcionando, es tan solo una parte la que se encuentra en estado de abandono. A pesar de que el acceso al edificio que nos interesa es relativamente sencillo, ya que no tiene puertas y para colarse en el recinto basta con buscar un agujero en la alambrada o arrastrarse bajo una puerta, nos encontramos una sorpresa.















   Una de las puertas esta abierta y hay personas entrando y saliendo con toda tranquilidad. Me temo lo peor y una vez dentro parece ser que hay varios grupos de personas acompañados por una especie de guías, que ya sea en ingles o en húngaro les enseñan las partes mas importantes del lugar mientras cuentan su historia.




   Un chasco desde luego, aunque por otra parte no puedo obviar el hecho de que tras varios años de espera puedo ver con mis propios ojos este lugar. También es cierto que el controlar la gente que entra, propicia que la central no sufra mas vandalismo ni pintadas ya que en otro tiempo estaba expuesta a cualquier tipo de visita de dudosas intenciones.







   Inmediatamente nos desmarcamos de los grupos ya que hemos entrado por nuestra cuenta y empezamos a inspeccionar los interminables pasillos y escaleras del edificio, procurando esquivar a otra buena cantidad de personas que como nosotros también quieren fotografiar el lugar sin que en cada toma aparezcan media docena de turistas.








   A pesar de todo la planta eléctrica es un lugar increíble y decadente repleto de aparatos y estructuras para manejar grandes voltajes. También hay muchas partes desmanteladas donde tan solo podemos intuir lo que existió ahí en otro tiempo. Hay algunas puertas y escaleras cerradas que en ocasiones resultan fáciles de evitar y otras no, aunque la mayoría de las veces no encontramos nada interesante y simplemente están cerradas para evitar peligros. En cuanto a esto, también es de agradecer que los agujeros en el suelo típicos de este tipo de lugares se encuentran tapados.








   De vez en cuando nos asomamos ala sala de control con la esperanza de encontrar pocas o ninguna persona, pero se convierte en tarea imposible. Nuestra amiga Noelia finalmente y en inglés termina levantando la voz para sugerir que "Tal vez, a todos los que estábamos en la sala nos gustaría hacer una toma general y sin gente y que lo mejor sería juntarnos en el mismo punto de la sala para hacerlo" Curiosamente, todos los que allí estaban también pensaban los mismo y en apenas unos segundos todos conseguimos lo que queríamos.














   Continuamos recorriendo los pasillos de reparto, vacíos de instrumentos y cableado por supuesto, pero aún podemos leer a que parte o zona de Budapest y alrededores iba a parar la energía. Chenko aparece después de un largo rato para sugerirnos el visitar las piscinas y calderas de los pisos inferiores, accesibles a través de un hueco en una puerta cerrada, aunque mas tarde vimos que era innecesario pues desde fuera de la central esa zona es perfectamente accesible.
   Encontramos una nave casi vacía con raíles en el suelo por donde aparentemente se podían desplazar las calderas aunque esto ultimo no lo comprendo bien. En una sala completamente a oscuras encontramos una de esas calderas efectivamente preparada para moverse en los raíles.













   Para terminar la visita recorremos las ultimas salas que nos faltan y hacemos algunas fotos de detalles antes de irnos. Este es un viaje entre amigos para visitar la capital húngara, algunos de sus pueblos mas pintorescos y sus parques naturales, así que los abandonos se han acabado. Pese a ser un lugar visitable con permiso y no ser propia mente una incursión como las que solemos hacer siempre me voy con buen sabor de boca por haber podido recorrer uno de esos clásicos que tanto anhelaba desde siempre.


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