
Contadas son las veces que los de Maquinas y Escombros encontramos un hueco en nuestras aburridas vidas laborales para juntarnos y hacer un pequeño viaje. Aunque las veces son pocas y el dinero no nos sobra, cuando coincidimos intentamos aprovechar de la mejor manera posible para visitar abandonos que quedan lejos de nuestra zona.
En esta ocasión escogimos Teruel y la central térmica de Aliaga como punto de referencia, ya que pienso que como aficionados a los abandonos este lugar es de visita obligatoria para todos nosotros.
Partimos temprano desde Madrid con dirección A-2 y puesto que tenemos todo el día nos dirigimos primero a otro lugar conocido de Teruel: Las minas de Ojos Negros, de las que me habían hablado los compañeros de CELA Adolfo y Yass.
A través de un camino accedemos al barrio obrero que se encuentra en un precioso enclave natural, aunque muy agreste. Pese al frió y al viento que casi cortaba nos ponemos manos a la obra y vamos explorando e intentando catalogar que clase de edificios estamos viendo y cual era su uso antes de ser abandonados. Entre las viviendas de los trabajadores, talleres y demás nos llama mucho la atención un enorme almacén situado en el centro del lugar.


Seguimos nuestro paseo entre ruinas y encontramos una piscina, con lo que conseguimos explicar que el edificio de enfrente eran los vestuarios, ya que esta construido de forma simétrica y con igual distribución en cuanto a baños y salas, es decir un vestuario para hombre y otro para mujeres.
También encontramos los restos del cine - casino muy cerca, que contaba con barra de bar y un amplio salón. Este es uno de los edificios que aun se conservan en pie, ya que también existieron una tienda de alimentaron y una iglesia de las cuales a penas se distingue nada entre las ruinas.

En cuanto a las oficinas del edificio de la gerencia no nos fue posible entrar ya que había gente dentro.
Como ya he dicho el lugar esta muy maltratado y es que tiene ya mas de un siglo de existencia. Si os interesa aquí os dejo un enlace con la historia completa, datos curiosos y fotos de la época, creo que merece la pena echarle un ojo.


Sin mas dejamos este curioso lugar y nos dirigimos sin prisa hacia el plato fuerte del viaje: la central térmica de Aliaga.
Llegamos al lugar, un pueblo pequeño entre montañas y buscamos nuestro alojamiento para descansar, comer algo y tomar un café. De nuevo en marcha recorremos los dos kilómetros que hay desde el pueblo a la central, sin dejar de mirar el GPS ansiosos por empezar la visita. Por fin tras la ultima curva del camino aparece la gigantesca mole de hormigón. - La madre que me parió, dice alguno...
Siempre me llamó la atención la arquitéctura de estos enclaves mineros.
ResponderEliminarEspero ver pronto tu artículo sobre Aliaga y esos tratamientos HDR que tanto nos gustan.
Buena entrada Nano.
Un saludo Jabier Suárez