
-¿Que pasa niño?,¿Que tal esa rodilla?
-Pues he vuelto al trabajo esta semana así que bastante mejor.
Etcétera etcétera...
El motivo de la llamada: Pasar unos días por la zona de Cartagena visitando un buen puñado de abandonos cámara en mano, casualmente en el único fin de semana que tenia libre ese mes. La respuesta fue afirmativa claro , si no no estaría aquí escribiendo esta especie de introducción cutre de novela rancia. ; )
La única pega es que tendría que ir solo hasta allí, ya que Chenko, la otra mitad de este blog, tenía que trabajar todo el fin de semana. Así que después de un buen madrugón y de unas cinco horas de viaje con una pequeña parada en Tobarra para visitar unos abandonos, llego al destino en cuestión donde me espera Abandonalia. Echamos un vistazo rápido a las localizaciones de la zona, estableciendo que ver de fijo y que dejar como visita secundaria.


Dejando a un lado el turismo buscamos una posible entrada siguiendo las indicaciones vía email del compañero Ardilla, lo cual, al cabo de algunas vueltas resulto de lo mas sencillo.
Totalmente a oscuras accedemos a la sala de maquinas con ayuda de la linterna de Abandonalia. Encontramos lo que parece un generador y un compresor hidráulico, aunque les faltaban muchas piezas, posteriormente y en la misma sala del otro cañón pudimos apreciar esta maquinaria casi intacta. También encontramos las sala de carga y los almacenes de pólvora y repuestos. Os dejo mas abajo un pequeño plano del lugar.


Resulto inquietante recorrer las salas y túneles de hormigón armado practicamente sin luz, además de las salidas de emergencia que daban directamente a los acantilados de la costa. Pero lo mejor de todo sin duda fue el poder acceder dentro de los propios cañones. Siguiendo una linea de transporte para los proyectiles accedemos por el techo a través de una escotilla al interior de esta maquina de guerra
Se trataba de una sala cilíndrica de unos diez metros de alto dividida en dos plantas con paredes de hormigón y suelo de chapa metálica de 12mm. Todas las partes móviles se alojaban en este habitáculo que resultó ser de lo mas agobiante debido al poco espacio, el olor a grasa y sobre todo el calor. Aunque eso no impidió que lo explorásemos a fondo pues una experiencia así no se vive todos los días.
Muy bueno, te felicito.
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